Luqueño y el mosaico de un futuro alentador
Publicación de la página digital Hoy
Hacía un buen tiempo que Sportivo Luqueño no saboreaba nada distinto que no sea pelear por la permanencia. Ahora entra al reto de estar en una competencia internacional, algo que su gente lo exigía a gritos. El presente auriazul hoy es muy prometedor.
Son varios los aspectos que se han conjugado para que el club de la ciudad de la música hoy se ponga en sintonía con la frecuencia que hace rato la tenía perdida.
El título del Apertura del 2007 quedó ya muy atrás en el tiempo. Del gol de Julio Ortellado a hoy, mucho se ha andado en pos de una afirmación acorde a su historia, pero siempre caminando al borde de la cornisa.
Pasaron varios entrenadores, pero ninguno le encontró la vuelta de manera suficiente. Y se han tenido que acostumbrar a alegrías de fin de semana, esas que en la suma general no dejaban nada en el balance.
Ahora, y con Pablo Caballero a la cabeza, el sendero parece abrirse a mejores horizontes. Se volvió a la plataforma continental, luego de que con Miguel Zahzú se haya accedido a la Libertadores del 2008.
El presente auriazul habla de un trabajo sostenido, la conjunción de piezas que han encajado perfectamente, cada una de ellas en el lugar adecuado, y el producto es altamente interesante.
Podían haber aspirado a más. Incluso a quedarse con la corona que Libertad la retuvo desde el Apertura, pero al menos se dio un paso importante en la búsqueda de esa ansiada estabilidad deportiva e institucional, y que por años ha tenido quebrantada hasta el extremo a sus hinchas, quienes llevan el estigma de la enfervorizada pasión que a veces los lleva a cometer desbordes.
A estas horas, y a inicios de un nuevo año se vive un clima completamente distinto a otras temporadas, donde a cada nuevo capítulo se entraba con el Jesús en la boca, porque las matemáticas eran el bastón en el que debían sostenerse, pensando cuántos puntos hacer para no descender.
Eso parece estar lejano ahora, o al menos en fase de stand by. Lo ideal sería que ni la dirigencia ni el plantel se relajen, porque al torneo paraguayo le hace bien que clubes como Luqueño estén ahí en la vanguardia, por el caudal de gente que llevan y por lo que implica la ciudad para el fútbol nacional e internacional.