Una supermadre con todas las letras
PUBLICACION DEL DIARIO ABC COLOR

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LUQUE (María Teresa Blanco, corresponsal). En donde hay una madre, existe una gran historia. Esta frase se aplica con todas las letras en el caso de doña Dominga Cañete Vda. de Ortiz, que a sus 88 años cuenta orgullosa que tuvo 18 hijos, frutos del gran amor que se profesaron ella y su difunto marido don José Bruno Ortiz.
En medio de risas y picardía, doña Dominga dijo que su fallecido esposo, músico de profesión, la enamoró al son de serenatas por las campiñas luqueñas.
Se casó a los 19 años con su primer y único novio y a los 20 ya tuvo su primer niño y el ultimo llegó con su menopausia a los 49 años.
Entre bromas indicó que pasó gran parte de su matrimonio en estado de gestación, lo que explica que los 18 hermanos se lleven solo 14 meses entre sí.
Todos sus hijos nacieron en su humilde vivienda ubicada en el barrio “Santa Cruz” de la Compañía Loma Merlo de esta localidad con la ayuda de su marido y su suegra.
Dominga y José Bruno son auténticos luqueños por lo que en común acuerdo decidieron tener todos su hijos en su casa para que también sean de esta localidad, debido a que antes debían trasladarse hasta Asunción para recibir una atención médica.
“Yo descansaba mis cuarenta días como Dios manda, acostada con media y la cabeza atada, pero después ya tenía que estar atendiendo mis cosas, porque mis hijos y mi esposo no me daban tiempo para reposar más”, dijo la octogenaria.
Dominga Cañete explicó que su marido tuvo que trabajar en la construcción, y posteriormente ingresó al aeropuerto Silvio Pettirossi, donde se dedicaba al mantenimiento para poder llevar el pan a sus numerosos hijos, teniendo en cuenta que con su profesión de músico no alcanzaba. En tanto que Dominga se dedicaba al cultivo de maíz, mandioca, maní y verduras para poder ayudar al sustento diario. Además contaba en su casa con vacas lecheras y aves de corral para complementar la comida de sus retoños.
Contó, además, que sus primeros años como madre fueron muy pesados debido a la extrema pobreza, pero pese a todo no se queja de su suerte, ya que sus 18 hijos fueron por la buena senda del trabajo, la honestidad y el respeto.
Entre su hijos, si bien no existe ninguno que haya cursado una educación superior, por la escasez de dinero, algunos se desempeñan como bomberos, mecánico de avión, jardinero, músicos y albañiles. Mientras que todas las mujeres están casadas y se dedican al hogar.
“Estoy orgullosa de mis hijos. Todos salieron bien, trabajadores y dedicados a su familia”, dijo visiblemente emocionada.
La “supermamá” con una lucidez envidiable nos contó el nombre de sus 18 hijos por orden de edad, y empieza con: Francisco (+), Pedro, Benjamín (+), Marcelina, Nicolás, Vicenta, Angelo, Dominica, Rolando, María Otilia, María Roque, Máximo, Claudio, Irma, Fermín, Eva Elvira, Eusebio e Isidro.
Doña Dominga a más de sus 18 hijos cuenta con 110 nietos, 70 bisnietos y 20 tataranietos, por lo que las fiestas familiares son numerosas y llenas de alegría. “Las fiestas familiares son multitudinarias, el patio de la casa queda pequeño, pero todos unidos compartimos muchos momentos de felicidad”, expresó.
La octogenaria a sus 88 años aún se dedica a la crianza de aves de corral, a las que alimenta con esmero y continúa con fuerza para los quehaceres de la casa. En tanto que una de sus tradiciones es el rezo del rosario por las almas de su dos hijos y marido ya fallecidos.
13 de Mayo de 2011 00:00