Tras difundirse las quejas de oferentes sobre excesivas exigencias en las licitaciones, el viceministro explicó que en algunos procesos de licitación hubo errores de tipografía y en otros se generó un malentendido.
En cuanto a la pavimentación asfáltica del tramo Luque-San Bernardino, el PBC solicitó una experiencia de 100.000 metros cúbicos de tratamiento superficial, cuando este trabajo solo se mide en metros cuadrados. En este caso, Rojas aclaró que el error fue tipográfico, ya que en realidad se quiso escribir metros cuadrados.
Así también, para la construcción del acueducto principal Puerto Casado-Loma Plata se pidió una experiencia de 4 millones de metros cúbicos de movimiento de suelo, pese a que el llamado es para realizar menos de 500.000 metros cuadros.
En ese sentido, el viceministro de Obras indicó que se piden 4 millones de metros cúbicos de experiencia pero a lo largo de 10 años.
No obstante, el lunes próximo se realizará una reunión en el MOPC con los oferentes, con el fin de aclarar todas las dudas generadas. Incluso, apuntó, si se llega a la conclusión de que es exagerado el requisito, aún hay posibilidades de cambiarlo, aseguró.
Autopista Ñu Guasu
La licitación para obras de construcción de la autopista Ñu Guasu, Asunción-Luque, también registró “una serie de dificultades”. El subsecretario de Estado indicó que inicialmente se pensó en un gasto de entre 22 y 27 millones de dólares, pero esos precios “fueron totalmente rebasados”.
Argumentó que el incremento de precios previstos se debió a supuestos errores en el anteproyecto, omisiones de trabajos importantes y “anormalidades” relacionadas al apuro de fin de año por tener mayor ejecución presupuestaria.
La apertura de sobres de este proceso se realizó el 29 de noviembre pasado y la adjudicación se prevé realizar la próxima semana. “Es una obra muy importante y estamos extremando las verificaciones del PBC y las condiciones de presentación para evitar que se perjudique al Estado, ya sea con precios exageradamente altos o muy bajos y que al final la empresa no tenga la capacidad de cumplir”, subrayó Rojas.
En cuanto a las numerosas adendas, reiteró que se debieron a errores de la proyectista contratada que realizó el anteproyecto, que tuvo poco tiempo para terminar su trabajo porque “no se respetaron los plazos”.
“Hicimos la verificación (del anteproyecto) y encontramos una serie de lagunas, hasta el punto que hoy faltan datos. Tuvimos que postergar la apertura”, agregó.
Según las explicaciones, el anteproyecto previó un desagüe con cañerías corrientes, de 10 centímetros, que fueron reemplazadas por las de hormigón armado tras verificarse que las primeras eran insuficientes.
No se previeron las calles alternativas que serán usadas durante la construcción, que en su mayoría necesitan importantes arreglos, de empedrados y pavimentos. Tampoco se analizó el problema de las cañerías de Essap que quedarán bajo las vías, porque un desperfecto debido a la presión del agua puede causar graves accidentes, además de embotellamiento, puntualizó.